La ventana mágica
La tercera ley de Arthur C. Clarke reza que "cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia" y hoy, en el Gadgetoblog, vamos a demostrarlo.
Ayer LG sacó al mercado el primer plasma de 32 pulgadas del mundo y Samsung mostró nuevos paneles LCD con un grosor de sólo 14 mm, la mitad de lo acostumbrado. Ambos eran buenos candidatos para abrir hoy el blog pero Philips enseñó ayer un nuevo prototipo de cristal inteligente en Londres y aún tengo la boca abierta. Hasta ahora, tras siete años escribiendo sobre tecnología, los productos que han conseguido que casi llore de emoción se contaban con los dedos de una mano. Desde ayer tengo que usar las dos.
"Daylight" es el nombre que Philips ha dado a la habitación de hotel del futuro, una que han presentado en Londres dentro de los eventos anuales bautizados como Simplicity. Y el corazón de "Daylight" es una ventana inteligente capaz de mostrar siluetas animadas que impiden el paso de la luz. Algo así como la persiana del futuro. El huésped se pone frente a la ventana, mueve la mano de derecha a izquierda y las formas y patrones que ha elegido previamente al hacer la reserva empiezan a crecer en la superficie del cristal. Cuanto más se dibuje sobre el cristal, menos luz penetra en la habitación. Moviendo la mano en vertical también se puede controlar un filtro de color para la luz solar del exterior.
¿Cómo funciona? Las ventanas son en realidad sándwiches de cristal líquido, algo así como una evolución de esos relojes de sobremesa que son un cristal trasparente en el que se dibuja en negro la hora, pero si me dicen que en la ventana hay gnomos invisibles que dibujan a mano las formas yo me lo creo igual. Es sencillamente sorprendente y me ha devuelto la fe en Europa como potencia tecnológica.
La compañía ha presentado también conceptos para la medicina del futuro: camas de hospital inteligentes y ecografías en tres dimensiones con movimiento y sonido pero… ¿a quién le importa? Yo quiero la ventana. Ya. Estuve jugando con ella unos minutos y pensé en encadenarme a la cama para seguir utilizándola hasta el día en que la desmonten —probablemente a lo largo de esta semana- pero los holandeses, como ya sabemos, son gente cruel y me invitaron a abandonar el escenario.
No hay fechas de disponibilidad ni precios, aunque el producto está bastante perfeccionado. Hoy, si no me engañan mis fuentes, visitan el prototipo los responsables de NH Hoteles y Meliá y tengo que pedirles que, por favor, piensen seriamente en poner alguno que otro por España.
Como sé que mis habilidades explicando estas cosas son más bien limitaditas, les dejo con el único vídeo que por ahora he encontrado del invento. Lo han hecho Juan Castromil y Carolina Denia, de Clipset. También tienen uno mío probando el producto, pero agradecería que no viera la luz porque aparezco dando saltos de emoción como los de un niño el día de reyes.
1 comentario
la mano de Mills -
una retirada a tiempo es una victoria. esto me recuerda un poco al final de Fernando Hierro
Saludos